Conversamos con Nisu Castelló, el propietario de Can Pau de Cantallops, restaurante histórico y bien conocido en la comarca para ofrecer los mejores platos de la cocina ampurdanesa. Por las fiestas navideñas ofrecerán propuestas interesantes para los días más señalados.
– ¿Cómo se consigue hacer funcionar el triángulo que actualmente es Can Pau (restaurante, hotel rural y eventos)?
Primero, por la situación. El sitio, en medio de la naturaleza, y el hostal, tipo de alojamiento que se ha puesto de moda con la pandemia, son dos elementos que nos ayudan mucho a seguir creciendo. En cuanto al restaurante, hay que decir que llevar 50 años al pie del cañón da sus frutos: viviéndolo, trabajándolo y aprendiendo cada día. En referencia a los eventos, el tiempo que nos encargamos de Mas Estela fue muy productivo, captamos clientes y nos animamos a adecuar el espacio que ahora tenemos aquí en Cantallops.
– Actualmente, la tercera generación ya forma parte del negocio. ¿Qué se mantiene de los orígenes y qué se ha renovado?
Lo que sin duda se mantiene es la esencia. ¿Las renovaciones? Básicamente las inquietudes. Si te apasiona el trabajo, en este caso el del mundo de la hostelería y el alojamiento, tienes que ir poniendo al día continuamente. Y priorizar la calidad, las nuevas técnicas y, sobre todo, velar por un trato cercano y adaptado a sus clientes. La hostelería, como todo, es cambiante: desde la forma de comer como la manera de entender este mundo. A veces, si estás totalmente inmerso en el trabajo, inicialmente no te das cuenta, pero entonces, en perspectiva, ves que tú y la forma de hacer de los tuyos va evolucionando.
– ¿Cómo definir la cocina de Can Pau?
Ofrecemos cocina de mercado con toques vanguardistas. Variada y esmerada, para continuar sorprendiendo a nuestros clientes. En nuestros platos, servimos siempre material de calidad. Una calidad que cuidamos y mimamos para satisfacer a los paladares más exigentes. Y esto sólo se logra trabajando, pensando y buscando la progresión día tras día.
– ¿Con qué clientela cuenta y ha contado Can Pau todos estos años?
De la misma forma que nosotros hemos ido saltando generaciones, en Can Pau ahora ya nos visitan los nietos de familiares que ya habían venido en nuestros inicios. Por tanto, este paralelismo es muy significativo. Que confíen en nosotros para celebrar bautizos o bodas que ya habían vivido desde otra posición es muy bonito… Es un gozo ver que van formando generaciones y celebrándolo en nuestra casa. También agradecemos mucho a todos aquellos ampurdaneses que puntualmente son clientes nuestros ya los pasantes de fuera de la comarca que suben hasta Cantallops a disfrutar de Can Pau.
– ¿Cuál crees que es el secreto para mantener esa fidelidad de los clientes durante tantos años?
Al igual que ha ocurrido con las generaciones de estas familias ha pasado con nosotros. Importantes renovaciones, pero siempre transmitiendo la esencia generación a generación. Pienso que han ido confiando en nosotros porque, como decía antes, nos gusta lo que hacemos y lo que vivimos en el negocio. Y esto creo que es la clave para avanzar. En negocios de larga trayectoria, como el nuestro, sumar generaciones es muy positivo. Se consigue una mezcla que creo que es la clave: la gente mayor suele ser muy conservadora y los jóvenes, a menudo, demasiado emprendedores. Por eso, convivir varias generaciones es útil para encontrar el equilibrio.
– ¿De nuevo, para estas fiestas, Can Pau volverá a ser una opción del todo recomendable?
Nosotros no fallaremos y estaremos, un año más, al pie del cañón. Tenemos ya todas las habitaciones del hostal reservadas para estas fiestas. En cuanto al restaurante, abriremos en Navidad, Sant Esteve y haremos verbena de Fin de Año. Ya os adelanto que, como hace tres años, cerraremos el año de primera: con cena, barra libre y baile con orquesta y dj.